Hablamos con Carlos Gómez de la Espriella, etnólogo y cineasta venezolano que ha elaborado gran cantidad de materiales maravillosos sobre la diversidad biológica y cultural de América Latina.
Apasionado por el Amazonas y el Orinoco nos cuenta sus vivencias y aventuras conectando con personas, territorios y culturas de distintos lugares, y valorando la diversidad de la que hacemos parte.
Nací en Valle de la Pascua, ciudad llanera del centro geográfico venezolano. Mi infancia y adolescencia transcurrieron con sucesivas visitas a zonas campesinas. Creo que esto me llenó de ganas para reencontrarme con los entornos naturales y las culturas de sus pobladores, especialmente en contextos apartados. Durante mis estudios de cine y etnología en la Universidad de Los Andes, inicié una serie de colaboraciones y experiencias profesionales que siempre han tenido que ver con el tema de la diversidad, que en mi caso sería intercultural e intertropical.
En Venezuela acostumbramos pedirle «la bendición» a los padres, abuelos, tíos, padrinos y a veces, hasta a los hermanos mayores. La respuesta que uno recibe es «Dios te bendiga». Cuando mi hija y mis sobrinos me piden la bendición, yo les respondo «que los dioses te bendigan». Diversidad es entender que todos somos importantes.
El territorio es sinónimo de naturaleza y la forma en que formamos parte de ella.
Las oportunidades de alcanzar una inmersión profunda en contextos donde la naturaleza hace a los seres humanos ser hombres y mujeres de verdad. Esta inmersión a veces me la da el cine, pero las inmersiones reales no tienen equivalente.
Porque es lo que necesitamos los seres humanos para seguir existiendo en el planeta Tierra. Lo contrario sería avanzar hacia nuestra autodestrucción.
Que se fijen mucho en las comunidades aisladas, desconectadas, porque en ellas se conserva la mejor relación histórica entre los seres humanos y la naturaleza.
Valoro mucho haber podido compartir con dos grupos musicales que hoy día ignoro si se mantienen. Uno es Ritmo Baniva, en la población de Maroa, noroeste amazónico. El segundo es el grupo Selección Llanera, compuesto por habitantes de la población de Parmana, pleno centro geográfico de Venezuela, a orillas del río Orinoco. Ambos son muestra genuina de la diversidad cultural ligada a la diversidad natural, que debemos revalorizar cada vez más.
Para saber más sobre Carlos y su proyecto, pueden visitar su página web: Moriche3000.
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