Es clave una formación en procesos de desarrollo territorial con identidad cultural que logre – de manera concreta – contribuir a dinamizar las comunidades locales, especialmente en territorios “extremos” como lo son el altiplano y el desierto del Norte de Chile.
Gracias Álvaro por tu aporte. Es un ejercicio reflexivo en el que la formación, es más, el desarrollo de capacidades integrales, basadas en valores éticos y en herramientas concretas, puede hacer una diferencia sustancial, no sólo en el desempeño profesional de una persona sino en lo que concierne a la relación y las contribuciones pragmáticas a los territorios y sus colectividades.