Y… ¿si pensamos juntos un programa de inclusión ciudadana y de acción climática que resuma nuestras convicciones?

Hace una semana estoy viviendo en un barrio de un puerto Mediterráneo -con más de 3000 años de ocupación humana- que ha sufrido todas las guerras y vejaciones posibles y que se caracteriza por sus preciosas viejas construcciones, sus casitas y apartamentos humildes cuyas puertas están abiertas y sin llave, donde los niños juegan en las calles sin que -en apariencia ningún adulto los mire-, donde sus adolescentes -vestidos igual que cualquiera de los nuestros- se comunican en dialecto local.

Éste es su barrio, su territorio, su orgullo. Este espacio es suyo; pero, acoge a todos.

Roberto Haudry de Soucy

Especialista en desarrollo rural y territorial y docente de nuevas formas de cooperación internacional, y en innovaciones que facilitan la participación de los diferentes actores en el desarrollo de sus territorios, vinculando de esta manera a la empresa privada con gobiernos locales y nacionales.

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2 Comentarios

  • Raquel Maestro dice:

    Maravillosa reflexión cargada de matices históricos, sociales, políticos y humanos. Un gran ejemplo del impacto social y ciudadano, del poder de la unión, y del sentimiento de identidad y pertenencia. Mil gracias, Roberto, por compartir tus experiencias y reflexiones sobre este lugar tan mágico y único. Un abrazo fuerte.

  • Claudia Ranaboldo dice:

    Este artículo de Roberto es una buena ocasión para que vayamos sumando experiencias y conocimientos desde otras regiones del mundo, como el Mediterráneo. Juntanza está «ávida» por estos aportes!

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